Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa.
Jn 10,27-30
Que no dejemos de escuchar tu voz.Señor..Valorar la Vida Eterna..conocer a Jesús para seguirlo.Rezo por tu libro Padre, el viernes en mis oraciones.vi en ORBE 21