El año litúrgico es el ciclo anual mediante el cual la Iglesia Católica organiza y celebra los misterios principales de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, así como los grandes acontecimientos de la historia de la salvación.
El año litúrgico se divide en tiempos litúrgicos, cada uno con su propio simbolismo, color y contenido espiritual (Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua y Tiempo Ordinario).
Adviento: Tiempo de preparación y espera para el nacimiento de Jesús y su segunda venida. Sus cuatro semanas invitan a la conversión y la esperanza.
Navidad: Celebra el nacimiento de Cristo y su manifestación como Salvador del mundo. Es momento de alegría y contemplación del misterio de la Encarnación.
Cuaresma: Corresponde a cuarenta días de penitencia, ayuno y reflexión antes de la Pascua, recordando el retiro de Jesús en el desierto. Culmina con la Semana Santa.
Pascua: Inicia con la resurrección de Jesús y se extiende hasta Pentecostés, celebrando la victoria de Cristo sobre la muerte y su presencia renovada en la Iglesia.
Tiempo Ordinario: Las partes del año fuera de los ciclos festivos. Son dos periodos donde se profundiza en la vida y ministerio público de Jesús, meditando sus enseñanzas y milagros. Se usa el color verde en las celebraciones.